Por Karla Coello
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14 jun, 2023
Imagínate que eso que siempre te atormentó físicamente pudiera ser modificado en minutos y sin tanto show ¡sería maravilloso! Me imagino cómo hubiera mejorado mi autoestima a los 15 años y poderme sentir más bonita físicamente, menos ojerosa, con una nariz recta y no caída; esto para mi que tengo 33 años suena como todo un sueño en esa época, y no han pasado más que 20 años en el que la medicina ha evolucionado y avanzado increíblemente y hecho que esto ahora sea posible: realizar un tratamiento correctivo en menton, pomulos, ojeras, nariz, labios y en realidad cualquier área sin necesidad de una cirugía. Hoy que es algo que vemos por todos lados y parece ya tan "sencillo" que hay médicos, enfermeras, terapeutas, dentistas, cosmetólogas y hasta la señora del gym aplicándolo; pero llevó un proceso donde muchas personas quedaron con daños permanentes por rellenos que en su momento fueron aprobados, pero con el paso de los años surgieron los efectos adversos. El ácido hialurónico llegó a mi de una curiosa manera; vi en internet un trabajo en cruceros que me pareció exquisito con unas ganas de no volver a las instituciones o tener que desvelarme por trabajo, apliqué sabiendo que no tenía ni idea de toda esta medicina, en la entrevista de trabajo me preguntan por supuesto en inglés sí sé qué es el ácido hialurónico -y yo dando esta respuesta un poco técnica- : “Es una molécula de azúcar creada por unas células llamadas fibroblastos y queratinocitos, se encuentra en todos los fluidos y tejidos corporales, siendo la piel su principal reservorio, además sirve de lubricante en el líquido sinovial de las articulaciones, confieren su consistencia gelatinosa al ojo, contribuye a dar elasticidad y resistencia al cartílago entre otras funciones.” La persona que me entrevista -que no es médico- se alegra de que al menos tengo idea y me pregunta, “pero si sabes que esto se inyecta por ejemplo en los labios o surcos?”